Cómo prevenir las enfermedades infecciosas.
Dentro de las causas que retrazan o detienen el crecimiento y desarrollo de los niños, las enfermedades infecciosas ocupan un lugar importante, me explico:
El crecimiento sigue un ritmo de línea continua con altas y no tan altas, pero nunca debe detenerse (estacionarse) y mucho menos ir con bajas. Cuando un niño detiene su crecimiento, lo cual comprobamos comparando el peso y talla entre cada visita, nos alerta sobre la posibilidad de que “algo” este interfiriendo con ello, y ese “algo” puede ser que esté comiendo mal en cantidad (lo cual es poco frecuente) o que exista una enfermedad que interfiera con el metabolismo y este a su vez detenga el crecimiento (lo cual es más frecuente).
Cualquier enfermedad infecciosa que sea repetitiva (respiratoria, gastrointestinal ó urinaria principalmente) deberá considerarse y corregirse para permitir un adecuado crecimiento, otras afortunadamente poco frecuentes serian las parasitosis, leucemias, o diabetes.
Los pequeñines de 2 y 3 años en cuanto empiezan a ir a la escuela se enfermarán de gripas y toses, como resultante natural de la inmadurez de su sistema inmunológico y el contacto con nuevos amiguitos que a su vez portan enfermedades. Se considera normal para esa edad e inicio de contactos escolares que se enfermen hasta 8 a 10 veces al año, de catarro y tos principalmente. Esto cambiará a favor disminuyendo el número de veces que se enferman conforme van creciendo.
Una reacción normal, mas no adecuada, por parte de las mamás y abuelitas es el de taparlos mucho para que “no les de el aire” ya que muchas veces saldrán temprano de casa, o al menor síntoma de enfermedad quieren evitarles el contacto con el aire ya sea en la calle o en la casa; el inconveniente está en que los dejan con mucha ropa puesta todo el día y esto les crea a los niños un ambiente térmico interno que no es el habitual, es más, tienden a sudar por tanta ropa. Lo cierto en todo lo anterior es que a los niños (y adultos) les pueden afectar los cambios bruscos de temperatura, no el frío por sí mismo, y si están muy tapados y sudando tarde o temprano les desvestirán y ese cambio brusco es el que les enferma.
Si lo que nos interesa es que no se enfermen con las salidas, idas y venidas, debemos evitar que respiren el aire frío o fresco cubriéndoles la boca y nariz con una bufanda y poniéndoles solo la ropa necesaria, para descubrirlos al llegar al auto o lugar de destino a cubierto.
Ahora bien, una forma de ayudar específicamente a que no contraigan infecciones respiratorias, además de lo mencionado en el párrafo anterior, es ofrecerles una dieta rica en alimentos que contengan vitamina A y C, la primera ayuda a las mucosas respiratorias a tener una buena función de protección y la segunda es un antioxidante que ayuda a eliminar los productos del metabolismo y en alguna forma, aun no bien entendida, mejora la inmunidad y los mecanismos naturales de protección del aparato respiratorio.
Dr. Alberto Medina Chanona
Pediatría Integral
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